La era Reinaldo Rueda en Atlético Nacional.

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Juan Carlos Osorio, el técnico más ganador en la historia hasta entonces (2015), partía del equipo verde de Antioquia dejando tan alto el listón que para la llegada de Rueda yo solo leía comentarios como “no es técnico para Nacional” “es apenas un seleccionador, no tiene experiencia en clubes” “no ha ganado nada” y así aparecían un sinfín de comentarios a priori sin antes dejar que se trabajase. Desde entonces el profesor Rueda, no diré que llego a callar bocas porque no fue así, su nobleza y entera honestidad inspiraban una gran confianza en su trabajo y es que calar dentro del hincha verde no es fácil, pero cuando combinas entrega, pasión y por ende logras seducir la retina del hincha con un juego vistoso es entonces cuando encaminas tu era por una senda que desde el principio fue hilando renglones de oro dentro de la historia verde.

 

Escribir estas líneas genera en mí una serie de sentimientos encontrados, una mezcla efímera entre la alegría al recordar cada momento vivido durante esta era y la nostalgia de saber que ya no le veré en la raya dirigiendo al equipo por el cual entrego sus mejores años dejándonos un legado que va más allá de los títulos. El profesor Reinaldo Rueda en su vasta experiencia logro implantar en el jugador un chip ganador que nos catapulto a lo más alto del continente, exportando nuestro estilo de juego a tierras niponas donde, aunque no se logró el objetivo, muchos vibraron al son del verde paisa. Aunque más allá de lo logrado con los jugadores profesional quienes más se favorecieron del conocimiento de Rueda fueron los jóvenes quienes de su mano probaron las mieles del profesionalismo, algo que para muchos se convirtió en un sueño hecho realidad por un viejo estratega que entre la nobleza y el ser estricto les dejo saber que nunca se es muy joven para codearse entre los grandes del futbol, basta con divertirse haciendo lo que más se ama.

 

En la vida debemos comprender que todo llega a un final y nada, absolutamente nada, es para siempre. Al llegar la era Reinaldo Rueda a su final solo nos queda mirar atrás e hilar con la mirada aquello que se tejió durante 2 años de arduo trabajo del cual este cuerpo técnico se lleva una maleta con 2 Ligas, una Copa Colombia, una Superliga, una Recopa Sudamericana y el trofeo más preciado, la coqueta Copa Libertadores de América que nuevamente, aunque más imponente que antes, posa esbelta en las vitrinas verdes. Aunque más allá de los títulos Rueda y su grupo de trabajo se llevan un mar de memorias que calaran por siempre en sus corazones pues como bien dijo Rueda “uno nunca quiere irse de Nacional” ya que ambos, equipo y técnico, en un acto de mutualismo se beneficiaron al laborar bajo un proyecto exitoso que trajo para todos unos años de en sueño.

 

Por último y haciendo un paréntesis del contexto quiero llamar la atención del hincha que me lee. La invitación es a la prudencia, ahora se viene un nuevo proyecto a cargo del señor Juan Manuel Lillo, para quienes lo juzgan a priori e incluso desmeritan su trabajo por el hecho de no haber ganado nada, los invito a que miren sus comentarios cuando iban a llegar Rueda y Osorio quienes con su metodología y hablar intelectual sacaron lo más montañero de nosotros al no dejarles ejercer su cargo a plenitud y hoy ya todos sabemos la historia. Solo el tiempo dirá si Lillo es o no el técnico que necesita el verde pero por ahora dejemos trabajar a quien pienso trae consigo una metodología  interesante para Atlético Nacional.

 

No siendo más buen viento y buena mar a quien fue artífice de mis mejores años como hincha y por quien pude ver como con jerarquía todo un continente se ponía a nuestros pies. A usted profesor Rueda mi eterna gratitud y los mejores deseos en su andar.

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